Nacida en plena Transición, Unión del Pueblo Navarro (UPN) se ha convertido desde entonces en la principal fuerza conservadora navarra y, sobre todo, en uno de los principales motores ideológicos, hasta el punto de que durante muchos años el PP prefirió pactar con ella en lugar de tratar de rivalizar por un mismo nicho electoral –neoliberal en lo económico, pero tradicionalista y religioso en lo moral–. Aquel fructífero pacto se rompería en 2008, dejando al Partido Popular como una fuerza política minoritaria en la región.