En la primavera de 1933, cuatro personas se reunieron en un andén de la estación de ferrocarril de Berlín, listas para abordar un tren con destino a Trieste, donde debían tomar un barco a Palestina. Lo que hacía inusual a este grupo era el hecho de que estaba compuesto por dos parejas, una judía y la otra nazi, sólo dos meses después del nombramiento de Hitler como Canciller del Reich alemán y su primera legislación contra los no arios. Las dos parejas viajaban con la aprobación tanto del Partido Nazi como de la Federación Sionista de Alemania.