2 miembros del Gobierno se unieron a la marcha de ultra derecha que pide reasentar Gaza y obligar a palestinos a abandonarla: el de Comunicaciones, Shlomo Karhi (Likud) y el de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir (Otzma Yehudit). "Para preservar logros en seguridad debemos reasentar Gaza con fuerzas de seguridad y colonos que abracen la tierra con amor", dijo Karhi. Ben-Gvir dijo que piden la "verdadera solución": "¡Debemos volver a Gaza ahora! ¡A casa, a Tierra Santa! Debemos fomentar la emigración voluntaria de residentes de Gaza. Es moral".

Congelar o revisar el acuerdo de asociación entre la UE e Israel, como pide España, se antoja misión imposible. El bloque comunitario supera el veto húngaro y castigará a los colonos violentos de Cisjordania, pero a su vez certifica la falta de unidad y de apetito para dar un paso firme con Israel por sus vulneraciones de derechos humanos en Gaza. Es difícil pensar que Ursula Von der Leyen, una de las grandes defensoras de Israel en Bruselas, acceda a congelación parcial o comercial del acuerdo con Israel.

La administración Biden está poniendo restricciones de visa a los colonos israelíes extremistas en Cisjordania que han atacado a civiles palestinos.

La ultraderecha israelí ambiciona desempolvar los asentamientos en la Franja de Gaza que fueron desmantelados hace cerca de dos décadas e impulsar otros

Conversación surrealista entre un colono fundamentalista y varios campesinos palestinos. Colono: "La tierra de Israel fue dada por Dios a Abraham, Isacc y Jacob. Y somos el pueblo de Israel, los hijos de Jacob. Cuando el Mesías, Hijo de David, venga, todos vosotros seréis nuestros esclavos, si eres digno, si te portas bien. [...] Escuche, voy a tomar la mitad de la tierra y usted tomará la otra mitad. Campesino palestino: "Pero esta es la tierra de mi padre, no puedo dejar que plante aquí".

Gatillazo ultra: vea las imágenes del fracaso del partido de extrema derecha. Santiago Abascal ha promovido a través de la fundación DENAES una manifestación con muy poca participación. Apenas unos miles de personas han acudido a un acto que era de vital importancia para la formación de extrema derecha.

El miércoles 21 de junio de 2023, cientos de colonos –enmascarados y armados con pistolas, barras de metal y cócteles molotov– entraron en la aldea de Turmusaya, en el distrito de Ramallah, escoltados por soldados. Los colonos entraron en la aldea, atacaron 30 casas e incendiaron 10 de ellas, nueve de las cuales ardieron completamente. También prendieron fuego a 27 vehículos estacionados y decenas de árboles frutales en campos cercanos. Los soldados israelíes dispararon munición real contra los aldeanos que intentaban proteger a los residentes.

La legislación israelí convierte a los colonos en objetivo de los guerrilleros palestinos. La orden militar 1456, del 11 de junio 1998, otorga a las ‘fuerzas civiles de vigilancia’ de los colonos derecho a ‘asistir al ejército en sus tareas de seguridad fuera de los asentamientos’ y la orden 1457, de la misma fecha, les permite ‘arrestar, inspeccionar y emplear la fuerza fuera de los límites de los asentamientos y sin el control o la supervisión de las cuerpos militares’. Es decir, les confiere el estatus oficial de una fuerza paramilitar.

En la gigantesca sede del partido naranja, en la calle Alcalá, no se oye ni un ruido. Solo se ven caras largas, llantos y una única ovación, la que se dio cuando la formación consiguió retener un concejal en Ciudad Real

Una forma de funcionar, transmitida de generación en generación –de Franco a Fraga, de Aznar a Casado–, que ha hecho posible el indiscutible logro de compatibilizar corrupción sistemática con imagen de estabilidad. La apuesta de la derecha española por la estrella del pop Díaz Ayuso ha acabado con esto.