Del poder sin responsabilidad de Iglesias deriva la responsabilidad sin poder de Belarra y Montero. Es algo que salta a la vista. El poder de Belarra y Montero es un poder vicario. A tener un poder vicario es a lo que se ha negado Yolanda Díaz.

La difusión del concepto violencia vicaria se ha realizado con independencia del análisis científico del fenómeno, así como del alcance y viabilidad del término como propuesta adecuada al problema. Basta una simple búsqueda bibliográfica en las revistas científicas especializadas para constatar que el vocablo no tiene aval científico y, por ende, tampoco goza de un consenso a nivel internacional. Por muy legítimos que puedan ser los objetivos de Vaccaro, la “violencia vicaria” se fundamenta en el desdén hacia el método científico y en el descon

El discurso oficial sobre la violencia de género presupone que una víctima de violencia de género jamás podrá dañar a sus propios hijos. Esto implica un profundo desconocimiento de la complejidad de la conducta humana y las consecuencias del maltrato. La mayoría de personas sienten un gran rechazo cuando imaginan a un menor siendo instrumentalizado por un adulto para hacer daño al otro progenitor. Se trata de un tipo de maltrato psicológico que a menudo se observa en la convivencia familiar, debido al manejo inadecuado de conflictos cotidianos

La politización del dolor consiste en el uso de la desgracia ajena como carroña política (...) Pocos minutos después de anunciarse el hallazgo del cuerpo de una de las pequeñas, la ministra de Igualdad publicaba un tweet arrimando el ascua a su sardina política, mientras Echenique trasladaba la responsabilidad del crimen a la oposición que cuestiona las aberraciones jurídicas que su gobierno nos impone a través del BOE.