Aunque a simple vista puedan parecer hechos inconexos en contextos diferentes, la victoria del neofascismo en Italia el pasado domingo está íntimamente relacionada con la derrota de SYRIZA en Grecia en 2015. No hace falta ser muy listo para llegar a la conclusión de que la derecha sube porque la izquierda no consigue sumar votos.

El dedo que señala la luna son las políticas de identidad en las que se centran los necios, mas el problema de la izquierda es que en 2015 demostró que no tiene fuerza. Cuando las izquierdas son incapaces de impugnar un modelo, son incapaces de bajar los alquileres, de acabar con la precariedad laboral, de limitar el poder de las grandes corporaciones, de recortar la obscenidad de los ricos. Y eso provoca frustración entre la gente de abajo. La extrema derecha crece ocupando el vacío que genera la incapacidad de la izquierda.