Con pocos votos un partido derechista como el PNV quiere ganar influencia empresarial (es en sí un partido de empresaroios) y busca rentabilizar el declive catalán acaparando inversión privada para consolidarse como la locomotora industrial española. Es decir, aspira a convertirse en la comunidad autónoma que tire del PIB nacional por la vía del 'valor añadido'.