Digámoslo claro: Milei y Lacalle son analfabetos económicos. Los dos creen que la inflación es siempre un fenómeno monetario cuando hasta el FMI hace tiempo que se dio cuenta de que no era así.

Hace 50 años, la imagen de La Moneda en llamas y la muerte de Salvador Allende, el primer socialista en llegar al poder por los votos y no por las armas, dieron la vuelta al mundo. Ese día, hubo otras embestidas que han sido menos difundidas. En una de ellas habría muerto incluso una niña de 11 años que, según su familia, fue impactada por un proyectil lanzado por un Hakwer Hunter. Pero el palacio presidencial chileno no fue el único blanco del feroz ataque aéreo perpetrado por las Fuerzas Armadas durante el golpe militar liderado por Pinochet.

El caso de Venezuela es un caso extremo, aunque no insólito. En un continente que durante el siglo XX vivió dramáticos procesos de hiperinflación, el país dirigido por Nicolás Maduro se sitúa ya muy cerca de la histórica depreciación de la divisa brasileña: en 1967 Brasil inició la primera de seis devaluaciones que, con seis cambios de nombre mediante, alumbró el real en 1994 tras restar 15 ceros al cruzeiro. Otro ejemplo paradigmático es el del peso argentino, que perdió 13 ceros entre 1970 y 1992.

Según el BCV, que ofrece la cotización oficial, un dólar estadounidense pasó de 515.919 bolívares a principios de mes a 1.050.811 al cierre de esta jornada. Mientras tanto, en el mercado paralelo, que rige casi toda la actividad económica en el país, el bolívar se ha devaluado aun más.