En Madrid hace años comenzó un cambio sutil, imperceptible y cuyos oscuros autores han logrado afianzar sin hacer casi ruido desde unos 30 años Y aunque eso es lo más importante y lo que más nos jode, me temo que no es solo el voto.
Que las distribuidoras tengan beneficios es bueno para la economía española. Lo que no es justo es que todos esos beneficios se pongan solo en una cesta o se obtengan a costa del sufrimiento y la precariedad de otros y otras.