El pueblo catalán necesita un cambio. Por ello se expresó en las urnas de la manera que lo hizo, dando por cerrado el capítulo del procés. Necesitaba abrir las ventanas para que entrara aire que ayudara a resolver o paliar sus problemas cotidianos (vivienda, sanidad, servicios sociales… !turismo!) Percibió en el PSC y en Salvador Illa el aire que necesitaban. Si la respuesta va a ser el “humanismo cristiano”…, pronto la frustración, acompañada de desconcierto, volverá a estar presente en las calles.