Cuando Austria formó un Gobierno de coalición con la extrema derecha, la UE impuso sanciones y aisló diplomáticamente al país. Hoy Italia y Finlandia tienen coaliciones con los ultras y en otros países juegan un papel fundamental de apoyo al Ejecutivo.

El portavoz de Ciudadanos en el Parlamento, Nacho Martín Blanco, ha asegurado que no tiene "especial pesar" al llegar a acuerdos con Vox. "Siempre que acepten el marco de la democracia liberal y respeten la Constitución –también el principio de autonomía-, nosotros no tendremos un especial pesar para poder llegar a acuerdos con cualquier fuerza política", ha argumentado en una entrevista en la ACN.

«Poco vamos a poder hablar. Hay barreras que no se deberían franquear y eso es algo que dice también el Partido Popular Europeo», asegura Barbón

En política, hacer un cordón sanitario es sinónimo de aislar o marginar a uno o más partidos para evitar a toda costa que lleguen al poder. Normalmente, esto se suele practicar contra la extrema derecha, y se ha llevado a cabo en Francia y Alemania. En el caso francés, las formaciones socialistas, conservadoras y ecologistas se han puesto de acuerdo para cerrar filas con Emmanuel Macron, por tal que Le Pen no pueda gobernar con la ayuda del radical Éric Zemmour (con el 7,1% de los votos).

Pedro Sánchez: "El PSOE le dio una alternativa al PP. Ofrecimos la abstención en las cortes de Castilla y León si se planteaba un cordón democrático a la ultraderecha. Cuando el PP ha tenido que elegir, ha optado por abrazar a la ultraderecha y esto es muy grave"

Ultraderecha es VOX pero ultraderecha también es Carlos Herrera escupiendo basura cada mañana desde la radio de los obispos. Ultraderecha es VOX pero ultraderecha son también los jusapoles defendiendo la ley mordaza y rodeando el Congreso. Ultraderecha es VOX pero ultraderecha son también la legión de tertulianos de OK diario en todas las televisiones.

Todos los partidos políticos con representación en el Parlament de Catalunya, a excepción de Ciudadanos y PP, han suscrito un acuerdo en el que se comprometen a aislar a Vox de la vida parlamentaria catalana. De esta forma los 117 diputados que suman entre PSC, ERC, Junts, CUP y En Comú Podem han acordado llegar a los acuerdos necesarios entre ellos para evitar que la formación de extrema derecha pueda ostentar representación en la Mesa del pleno, en mesas de comisiones ni coordinar grupos de trabajo o ser redactores de ponencias legislativas.

Los socialistas remitieron un documento inicial al resto de grupos parlamentarios. Desde entonces ha habido varias reuniones en las que se ha consensuado un protocolo con enmiendas de todas las fuerzas para minimizar la presencia del partido de Santiago Abascal e Ignacio Garriga en la Cámara catalana y evitar que asuma puestos de mando en la Mesa y otros órganos de la institución. Ciudadanos y el PP catalán no han formado parte del cordón sanitario.

La coalición conformada por PP-Ciudadanos será el único grupo parlamentario que participará en el debate de una moción formulada por la ultraderecha sobre el coronavirus en Euskadi. PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos darán nuevamente la espalda al partido de Santiago Abascal, que días atrás formuló un recurso ante el Tribunal Constitucional.

El cordón sanitario para arrinconar a la ultraderecha del que se vuelve a hablar ahora solo está vigente en una minoría de países europeos, es verdad que son los más importantes y aquellos con más influencia en España. El primero es la vecina Francia donde, en las presidenciales de 2002, hasta una fracción de la extrema izquierda pidió el voto para el neogaullista Jacques Chirac con tal de derrotar en la segunda vuelta a Jean-Marie Le Pen, candidato del Frente Nacional. Para gobernar prescindiendo de unos ultras en auge, como lo son Demócratas…