Tradicionalmente, se ha dicho que las campañas electorales sirven para persuadir a votantes dudosos o posibles simpatizantes. Pero la aparición en escena de Cambridge Analytica (la consultora que, con el beneplácito de Facebook, extrajo millones de datos durante las campañas de 2016 en EEUU y del Brexit), ha demostrado que las campañas pueden ser muy eficaces para disuadir a posibles votantes e indecisos de ir a votar.