(...) Dicen los comentaristas que presumen de conocer cómo son, aunque quizás sea mejor decir eran, las relaciones de nuestro autócrata contemporáneo con sus más allegados colaboradores que ha sido inmisericorde a la hora de cepillarse a Carmen Calvo, Iván Redondo y José Luis Ábalos, a los que todos creíamos parte esencial de ese núcleo duro que todo gobernante acostumbra a tener.