La inflación de ministerios y el aumento de asesores nombrados a dedo han provocado un fuerte incremento del presupuesto destinado a remuneraciones de este personal, que superará los 62 millones este año

Los asesores de los partidos políticos son un cajón desastre donde cualquiera puede entrar para lo que sea. Este es el caso de Miguel Ángel Regodón Alegre, un asesor del PP de Madrid que trabaja en el Ayuntamiento de la capital cuya trayectoria laboral llama la atención tanto por su diversidad como por los avales que le han llevado ahí. Regodón tiene que darle las gracias sobretodo a su mujer, la alcaldesa de Pozuelo, Susana Pérez Quislant.

El Gobierno se ha gastado 17,5 millones de euros en los tres primeros meses del año (...) . Este repunte supone un nuevo récord en el gasto del personal contratado a dedo en este periodo en términos absolutos (unos tres millones más) en plena inacción de la actividad política y también económica (...) frente a los 14,6 millones liquidados en el mismo periodo del ejercicio anterior y, por ejemplo, los 11,7 millones utilizados en 2018 cuando el PP estaba aún en La Moncloa".

Algunas ideas sobre la diabolización del contrario y su mejor gurú: el consultor político que consiguió hacer de Orban en 2010 "un Trump antes de Trump", la hoja de ruta que aplican hoy partidos populistas en todo el mundo. La pauta de la "campaña en negativo" diseñada por Arthur Finkelstein puede ser resumida así: 1) Ataca sin piedad a tu contrincante y conviértelo en alguien tan digno de odio que sus propios simpatizantes optarán por abstenerse. No votarán por ti pero tampoco por él. (Continúa.)

La sobredimensionada plantilla de asesores del Ayuntamiento de Algeciras (el triple que el resto de grandes municipios de la comarca juntos), con 15 sólo para el Partido Popular cuenta en sus filas con dos exconcejalas de los anteriores mandatos de Landaluce, un exrival político y hasta la expareja de un antiguo concejal de gran relevancia en los primeros equipos de gobierno de Landaluce.

No todo es política, también es supervivencia para algunos. La Comunidad de Madrid es una administración tremenda. Tiene cargos intermedios para aburrir y ningún político impone un control férreo sobre los cargos que cuelgan bajo las faldas de quienes juegan en la primera línea. En este contexto, hay una serie de supervivientes eternos e inmortales que ven cómo desfilan consejeros, presidentes y jefes de gabinete mientras ellos pasan desapercibidos para seguir embolsándose su sueldo público.

Sánchez e Iglesias suman 730 eventuales, un 18% más que el Ejecutivo socialista en solitario y superando a los que tenían Rajoy, Zapatero y Aznar. Los ministerios del PSOE acaparan la mayoría y UP cuenta con 70.

Se trata del personal de confianza que se elige por 'enchufe' (cesa cuando sale el alto cargo que le ha nombrado), que no ha realizado prueba ni oposición alguna y que no concurre en una valoración de méritos académicos o profesionales. Es más, no se conocen sus nombres (no son públicos), es el secreto mejor guardado, ni sus condiciones económicas. Su coste estimado alcanzará un nuevo récord de 65,4 millones de euros (un 18% más), lo que supone una media de unos 55.000 euros por contratado.

El Gobierno responde así a la diputada del PP Alicia García Rodríguez, quien pedía saber el número de personal eventual contratado en calidad de asesores, altos cargos y otros puestos de libre designación por la Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030, y su coste desde el pasado 1 de enero. En su respuesta el Ejecutivo detalla que en su departamento ministerial que hay 15 puestos de asesores, de los que la mitad, siete, corresponden a la Vicepresidencia Segunda; y otros cuatro a la Secretaría de Estado para la Agenda 2030.

Hubo un tiempo en el que a Umbral le dio por escribir que quería ser asesor porque era más que ser burócrata y mejor que ser político. Algo así como estar y no estar en la política. "Estar de estrella invitada". Corría el año 87 del siglo pasado y el Gobierno de entonces tenía un presupuesto de 1.400 millones de pesetas –más de 8 millones de euros– para contratar asesores. De libre designación, se entiende. Si hoy levantara la cabeza comprobaría que la política, los gobiernos y los partidos están en manos de esas "estrellas invitadas".