Con esta soledad
alevosa,
tranquila,
con esta soledad
de sagradas goteras,
de lejanos aullidos,
de monstruos de silencio,
de recuerdos al firme,
de luna congelada,
de noche, para otros,
de ojos bien abiertos,
con esta soledad
inservible,
vacía,
se puede algunas veces
entender el amor.
Mario Benedetti