Los confinamientos selectivos se llevan produciendo por toda la geografía española desde que se levantó el confinamiento, aunque sea ahora, con el “cierre” de determinadas zonas madrileñas cuando se haya hecho más patente lo ineficaz que resultan este tipo de procedimientos.
El confinamiento en Julio de Totana y Mazarrón no evitó que un mes más tarde la población vecina de Lorca tuviera también que ser confinada, como mucho lo retrasó, ni que la propia Totana vaya a tener que ser confinada de nuevo dentro de muy poco. En Totana existen enormes empresas de distribución de fruta que dan trabajo a miles de personas de toda la provincia. En realidad existen muchas empresas de este tipo a lo largo de toda la provincia que dan trabajo a mucha gente de poblaciones diferentes. Aunque las dimensiones sean menores, lo que ocurre es algo muy parecido a lo que sucede en Madrid con los trabajadores que van y vienen.
Esta manera de proceder es consecuencia directa del único planteamiento para combatir el virus que se ha puesto hasta hoy encima de la mesa, que es esperar 2 o 3 años hasta que una vacuna permita realizar una campaña que inmunice a toda la población.
Quienes nos gobiernan saben perfectamente que este ciclo se repetirá una y otra vez hasta ese feliz día, por eso esperan hasta que el último hospital de cada zona o población esté próximo a no tener espacio para tomar medidas más serias. Porque si sabes que estos parones generales se producirán inevitablemente de manera intermitente durante varios años, vas a tratar de retrasar cada uno de ellos todo lo que tú sistema sanitario te permita, recurriendo para ello a los cierres por zonas entre parón un parón y otro.