Pues yo te lo voy a contar.
No quieren sacar a sus víctimas de las fosas comunes, no quieren que se vea lo que hicieron, cómo trataron a las mujeres, a los niños y a los ancianos, a la inteligencia. No quieren documentar quiénes son los que están en las fosas, para que no se sepa qué robaron, quiénes fueron y a quiénes se lo hicieron, y aunque los culpables están prácticamente todos muertos, sus grandes y prósperas familias, han crecido al calor de lo robado o saqueado o regalado, me da igual, son la flor y nata de inmarcesible aristocracia patria, y aunque aún es poderosa económicamente, ya hace mucho que fue privada de su señorío.
Estas familias son las dueñas de los grandes bancos, de las grandes cadenas de alimentación, de los medios de comunicación, de todas las empresas importantes Españolas, durante el franquismo, cuando la mitad del hemiciclo eran banqueros, y grandes empresarios, sus familiares, hijos y amigos fueron colocados en todas las mejores instituciones, con los mejores sueldos, en los mejores puestos estratégicos, incluida la judicatura, fiscalía y junta electoral, constitucional y afines, supremo y afines. Aprovechando que estuvimos en una dictadura, hicieron que lo ilegal se volviera legal y viceversa, así que ya sabes como esos funcionarios llegaron ahí. Y como ellos y los suyos viven a lo grande sin trabajar, por esa herencia que les dejó el abuelo fascista y esa mano que les echaros son contactos de la dictadura, mientras honran sus apellidos con orgullo, humillan a sus trabajadores, pagándoles miserias, haciéndoles contratos por horas. etc,, cómo si se hubiese perdido la guerra ayer y no hace 80 años.
Para mi los culpables están vivos, los descendientes que han aceptado y disfrutado de ese dinero maldito, ya no son inocentes, quizás no sean tan culpables, pero han abrazado el lado oscuro de la codicia.
Tristemente para conseguir lo que tiene o no perder lo que tenían, fueron capaces de alzar al fascismo con su dinero, y aunque algunos quisieron pararlo, ya no pudieron, iniciaron un genocidio contra un pueblo desarmado, sin poder evitarlo mataron a la España histórica para convertirla en está mala broma.
Hace mucho que la España de Colón, la de Unamuno, de José Ortega y Gasset o José Gaos ya solo se puede encontrar en los libros. Si alguna vez te has preguntado que es lo que se perdió en la guerra, fue eso exactamente, a los ilustrados, a las mejores mentes, los buenos ejemplos, los grades creadores, al alma de la España histórica, sin saberlo truncaron la continuidad de toda nuestra cultura, ya no se pudo continuar por falta tanto de alumno, como de maestro, la sabiduría pasada de padre a hijos, quedo diseminada por todo el globo.
Es fácil observar que internaron inventar una nueva cultura, en la que no hiciese falta mentes brillante, una cultura embrutecida, en donde el embestir y el humillar o golpear al débil fuera cátedra.
Os podéis imaginar el resto de la historia, una España destruida, tanto cultural, como de otras tantas formas que no voy a enumerar, solo por los intereses de 50 familias, y aunque lleven 70 años diciendo por activa y por pasiva que el golpe militar que acabó en Guerra Civil fue porque asesinaron al desconocido Calvo Sotelo, un don nadie, que el día anterior, en el congreso se había manifestado favorable a que se abriera fuego con intención matar a los que ocuparan las tierras.
Todos sabemos que el motivo fue que la reforma agraria que tenía preparada la república, iba a devolver una parte de la tierra al pueblo, y aunque la vez primera vez que se voto no fue bien, la según votación ya estaba en camino, ya estaban sentenciadas las tierras de los señorito, ya veis, ni estaban, ni están, ni estarán dispuestos a ceder ni un milímetro, y conspiraron y ganaron, pero cada acción tiene una reacción, y me niego a creer que la impunidad pueda ser eterna.
Los señoritos, pensaban que con el tiempo se olvidaría, que podrían taparlo como con tantas otras veces, que nadie se acordaría de lo que paso, ¿a quien le iba a importar unos harapientos anarquistas o comunistas, a quien lo va a importar a unas mujeres feas.
Y así fue como ocurrió, o cómo debería haber sido, pero algo no salió como esperaban. Lo borraron de los libros de texto, lo borraron de la historia, lo borraron del imaginativo común, lo borraron de las mentes, pero jamás, jamás han podido borrarlo de los corazones.