Los hechos sucedieron en Worcestershire, Inglaterra, en el pub Honeybourne Railway Club, cerca de Evesham. El propietario abría su negocio como todos los días cuando encontró sobre la barra cerveza derramada y varias botellas rotas. Literalmente dijo que “la barra había sido saqueada”. Al principio, Sam Boulter, el dueño del Club, asegura que pensó que alguien había entrado a robar en su establecimiento y aprovechó para montarse una fiesta. Pero al registrar la caja y ver que el dinero estaba intacto, algo no cuadraba.