Desde la formación de efímeros remolinos de viento que simulan mangas marinas, un bergantín buscando el socaire, la magnífica playa con su coído, la garita de Maeda donde antaño contemplaban las incursiones de Francis Drake y un semblante que cambia radicalmente en cuestión de minutos, tierra mar y aire forman en la atalaya de Bares una harmonía visual inigualable.

Navegando aproximadamente a unas 14 millas al oeste de la atalaya de Bares antes del ocaso y bajo la contraseña de la Jubilee Sailing Trust, una organización sin ánimo de lucro británica que pretende fomentar la integración de los discapacitados físicos, la goleta bergantín Tenacious, está acondicionado para que las personas ciegas o en sillas de ruedas puedan participar en todas las actividades y maniobras en un barco de vela. Este hermosa embarcación construida de de madera ha tenido que mantenerse al socaire en la ría de Ares.