Mirar un mapa de Europa es mirar un mapa del agua dulce. Así, desde los numerosos canales artificiales que durante siglos han vertebrado el interior industrial y comercial de Bélgica y Países Bajos es posible iniciar un recorrido que termina en el Mar Negro. Pensemos en la vía principal que vertebra el corazón fluvial de Europa: el Danubio. Nace en los Alpes, en Alemania, y atraviesa toda Europa del Sudeste. Y dado que su nacimiento es próximo al del otro gran río europeo, el Rin, ha sido cuestión de tiempo y tecnología que ambos se uniesen.