Con el fin de las mascarillas obligatorias, se ha visto que a la heredera al trono le faltan los caninos superiores.

Es el caso de una dentista, que quiso mostrar a los cibernautas sus habilidades adquiridas durante años en su área de conocimiento que es la odontología, al subir un video en las redes en el que se puede apreciar cómo ella sola, se retira dos muelas del juicio, con la finalidad de hacerle publicidad a sus servicios.

Numerosas sentencias han destapado la existencia de dentistas supuestamente autónomos que, en realidad, no lo eran. Es más, el propio Consejo...

¿Alguna vez le han dolido de verdad, de verdad, las muelas? Entonces sabrá que esta ilustración procedente de un manuscrito otomano, donde todo el cuadro lo ocupa una muela en cuyo interior se agita un infierno de serpientes y diablos en llamas que atormentan más allá de lo imaginable, y abandonada, además, en un insondable universo frío y hostil, no es una ingenua metáfora, sino la representación de la realidad más cruda.

A lo largo de la Historia siempre ha existido un interés por la odontología y el cuidado de los dientes, ya sea con fines médicos como estéticos. Pero llama la atención como en el siglo XVIII y parte del XIX este interés se convirtió en toda una moda entre los más ricos de Inglaterra.

Ir al dentista es un suplicio para muchos, entre los que encuentro, por respecto o simplemente miedo. Pero la odontología, como las demás ramas relacionadas a la salud, va evolucionando con el objetivo de dar solución adecuada a los diferentes casos. Pero, además, en el caso de la odontología y, dedicado a todos aquellos que nos cuesta ir al dentista, ha buscado no sólo la solución de tratamiento sino que también la comodidad para el paciente y la rapidez del proceso. Os dejo un artículo en este sentido.