Alcohol y teléfono móvil suele ser una mala combinación. Que se lo digan a Patrick Davidson, un estudiante que, volviendo de una noche de borrachera (y probablemente algo más), agarró su móvil y decidió enviarle un correo electrónico a su profesor, el señor Martin, al que le escribió un mensaje del que muy probablemente se arrepintió al día siguiente. Sin embargo, lo mejor de esta historia no es el mensaje del estudiante, sino la respuesta del docente.