Confieso que suelo tener suerte con las series de las que me convierto en habitual, en el sentido de que suelen cosechar un recorrido más o menos largo y exitoso. Como para todo, siempre hay excepciones. A todos los seriéfilos os habrá pasado el ver cancelada de manera inesperada una serie con la que estábais disfrutando. Y creo que esto me ocurrió con Hung, la dramedy de un profesor cuarentón que se mete a gigoló para intentar reencauzar su vida.

Alex tiene una tarifa de 320 euros por hora, lo que le hace ganar unos 9.500 euros a la semana. Entre sus clientas hay de todo, desde mujeres maduras de clase alta, empresarias, chicas de 18 años que quieren perder su virginidad... Pero Alex ho ofrece solo sexo, sino también compañía. "Una vez recibí una propia de unos 800 euros de un hombre que quería que me acostara con su mujer", explica Alex, que añade que a veces le contratan por semanas enteras, "gastos y dietas no incluidos".

Tres acompañantes de lujo explican sus vivencias con sus clientas, la mayoría mujeres de entre 30 y 50 años.

Ser gigolo o acompañante de mujeres a eventos, cenas familiares, festividades, conferencias, etc, es un trabajo al alcance de pocos hombres, no obstante si tu intención es asumir los retos que plantea esta actividad sexual y hacer una prueba de fuego como gigolo, no seré yo quien te diga que es lo que tienes qué hacer con tu vida.

En una época donde la danza es fruto de todo tipo de programas de entretenimiento, un equipo de investigadores de Gottingen ha encontrado la receta perfecta para el noble arte del baile de discoteca. La investigación se basa en los pasos que resultan más antipáticos o más atractivos a un prototipo de mujer americana de mediana edad.