A las personas nos encantan las historias de ascenso y caída, como Scarface o Wall Street. Es uno de esos relatos universales que nos recuerdan que el éxito es fugaz y que lo que fácil viene, fácil se va. En los últimos meses estamos viviendo el hundimiento de la pareja formada por Silvia Charro y Simón Pérez, más conocidos como los hipotecos fijos. Y es que en una emisión en directo, decidieron dar un paso más en la explotación del patetismo simulando la práctica de sexo oral a cambio de dinero.

Simón Pérez, el economista que saltó a la palestra junto a su pareja Silvia Charro por defender con inusitado entusiasmo las hipotecas fijas, se ha tatuado en el pecho la bandera de Tabarnia. En concreto se ha hecho el tatuaje en el pecho contrario a donde tenía ya un tatuaje con el símbolo del euro.

"Nos llamaron para hacer un vídeo sobre hipotecas cuando estábamos en la comida de empresa. Pedí permiso y mis jefes me dijeron que sí". Silvia Charro es contundente al asegurar que no estaba bajo el efecto de ninguna sustancia cuando grabó el vídeo. "Ni se me ocurriría. Estaba de comida de empresa, y si hubiese estado perjudicada no me habrían dejado ir." Las consecuencias del vídeo han sido nefastas para ella, según relata: "Me han quitado el acceso al login de mi email, no me han dejado entrar allí, y no me han dado ninguna explicación".

Así como las paradojas temporales no me inquietan cuando la veo, las relaciones laborales en el Ministerio son para mí un tema que no acabo de tener resuelto. Es habitual en la serie la mención a la condición de asalariados por parte de los trabajadores del Ministerio, que se quejan de sueldos congelados o de jefes desagradecidos por sus esfuerzos.

Super Mariló contra los trabajadores fijos de TVE