Puede que los chinos sean los maestros en el arte de absorber, regurgitar y copiar iconos ajenos, pero nada como darse una vuelta por Torrejón de Ardoz (Madrid) para encontrar delirantes y mastodónticas réplicas del Atomium de Bruselas o de la mismísima Puerta de Alcalá, distante apenas 20 kilómetros.