Novak Djokovic ya poseía casi todos los récords del tenis masculino. Con la victoria de anoche en el US Open, logra igualar también la marca de 24 títulos de Grand Slam, a la que sólo había llegado Margaret Court. Pese a sus 36 años, la condición física de Djokovic es impecable, y no sería extraño que pronto superase a la australiana como el único con 25 “grandes”. En un partido muy táctico de largos intercambios desde el fondo Novak subió el nivel respecto a lo mostrado hasta ahora en el torneo, y superó al ruso Medvedev por 6-3, 7-6(5) y 6-3.

Rafael Nadal ha dado este martes una lección a Novak Djokovic para mandarle a casa y dejarle claro quién es el indiscutible rey de la tierra.A pesar de haber llegado con dos únicos torneos como rodaje (Mutua Madrid Open y Roma) y vivir permanentemente en tensión por el dolor que va y viene en su pie izquierdo, el eterno Rafa ha tumbado por vigesimonovena vez a su gran rival por 6-2, 4-6, 6-2, y 7-6(4), en 4 horas y 12 minutos. Un revés paralelo le dio la gloria.

Quejándose del dolor en el brazo izquierdo provocado por la tercera dosis de la vacuna, pero confiado en sorprender al mundo con su juego, un desconocido tenista con gafas y bigote llamado Yesvak Djokovisku ha aterrizado esta mañana en Australia dispuesto a competir en el Open y «demostrar que Djokovic, que no soy yo, no es el único mejor tenista del mundo, porque también estoy yo, que no soy él».

El tenista sigue negando la existencia del virus y de hecho ha seguido comiendo pangolines todo este tiempo, lo que podría causarle serios problemas con las autoridades australianas. “Mi hijo está siendo víctima de una conspiración, se han inventado una pandemia mundial sin precedentes para ensuciar su imagen”, lamenta el padre del deportista.

El jugador habló sobre el tema de corrupción en la ATP y señaló que en el torneo de San Petersburgo en 2007, le ofrecieron dinero por perder.