Borrell aceptó durante un foro de DDHH que no entiende sobre derecho internacional y ley humanitaria, por lo que compró una guía práctica para comprender los conceptos básicos en esta materia.

Son crímenes de guerra solo cuando nosotros queremos que lo sean.

Tras comprobar que, pese a su propuesta de «definitiva solución del conflicto bélico», la guerra de Putin contra Ucrania sigue adelante, Josep Borrell está intuyendo que la mayoría de ciudadanos europeos no le ha hecho caso y sigue usando la calefacción de sus hogares con total normalidad. «La única explicación que encuentro al hecho de que la guerra se esté prolongando tanto es que es muy posible que la gente, en sus hogares, no haya bajado la calefacción, ignorando lo que yo les pedí que hicieran», lamentaba ayer en una entrevista.

Según dice, le ha costado 10 minutos echar de su domicilio al vicepresidente de la Comisión Europea, que ha amenazado con seguir pasando cada día por su casa para vigilar que no toque el termostato. Fernández dice que Borrell le ha acusado de tener la caldera a pleno rendimiento, echando «literalmente humo» y a punto de «puto reventar». «¡Venga gas y venga gas! ¡Coño ya!», se ha quejado Borrell, según este ciudadano que se ha visto obligado a aclararse el jabón con agua fría.