Para Berlanga —y esto ha de quedar claro—, el fetiche precisa siempre de la participación femenina. Aunque sus admiradoras insistieran en regalarle zapatos, él no practica el cohabitacionismo, es decir, el objeto en sí no le crea placer, aunque ahí quede como recuerdo. Fervoroso partidario del liguero y de las medias con costura —dos fetiches para los que siempre ha deseado fundar un club de admiradores—, es también devoto de los corsés, los bodies y las bragas que dejan el sexo al descubierto o que lo cubren resaltándolo de alguna manera.

Quinto largometraje de Luis García Berlanga. Sinopsis: Un pequeño pueblo español decide seguir el ejemplo de Fátima, Lourdes y otros lugares que han progresado gracias a las apariciones de carácter religioso, y sus "fuerzas vivas" deciden inventarse un milagro que promocione su balneario. Para ello cinco personajes del lugar (el alcalde, el maestro, el médico, el terraniente y el propietario del balneario) deciden hacer creer al pueblo en la aparición de un santo, con el fin de revitalizar las visitas al pueblo y la venta de las aguas termales.

Paco Alcázar retrata a los iconos del cineasta que mejor ha retratado España. El dibujante de cómics, colaborador de CINEMANÍA, lleva adelante su proyecto de homenajear a los personajes irrepetibles del director

Las frases lapidarias se suceden con total normalidad y escuchadas hoy, sesenta años después provocan nuestra carcajada por la inteligencia del director y su elegancia en torear a los censores. La película se terminó de rodar en Septiembre de 1956 pero el censor obligó a incluir un prólogo con una voz en off que presentaba la historia, que filmó Jorge Grau en Marzo y Octubre de 1957 y entre otras escenas alternativas se incluyó una imagen final distinta.

Los CDR homenajean a unos recién casados en Vic.