Ator, el Poderoso (1982, Joe D’Amato) se gestó antes de que muchos de nosotros naciéramos, pero su humor trastornado sigue vigente hoy en día. No es una comedia, pero la hilaridad impregna cada plano. Es tan desquiciante y está tan mal hecha que roza lo sublime patético, que diría Friedrich Schiller; cualquiera se puede deleitar con su horrendo guion, lo absurdo de su trama (y de su vestuario, interpretación y puesta en escena). Nada funciona en esta película, y por ello es inigualable.

La escena más bizarra de la historia del cine.

Los médicos de una clínica privada en la ciudad de Puebla quedaron atónitos cuando atendieron y diagnosticaron a 'Doña Enriqueta', una mujer de 70 años que llegó a atenderse por una arritmia cardíaca, producto de un vibrador que tenía atorado en sus órganos genitales.

Dos días fueron los que estuvo aguantando con el anillo atascado hasta que el dolor fue tal, que tuvo que acudir a urgencias para que se lo retiraran de su zona íntima. Con la ayuda de una bolsa de hielo, intentaron reducir el hinchazón, pero necesitaron algo más. Finalmente, fueron los bomberos los que lograron retirar el anillo de su pene con la ayuda de unos enormes alicates. La operación duró hasta 90 minutos en los que el paciente tuvo que soportar grandes dolores.

El hecho ocurrió cuando el joven intentaba masturbarse con el hueso de osobuco y este se le atoró en el miembro. Según expresaron fuentes médicas del vecino país, por vergüenza, el ciudadano paraguayo mantuvo el hecho oculto durante tres días, agravando la situación de su miembro.

Un adolescente de Kansas, Matt Patterson, fue encontrado por sus padres en la habitación de su casa atrapado en su impresora de inyección de tinta. No se le había quedado atorado el papel ni se había quedado sin tinta ni había metido el dedo, no Matt había metido su propio pene dentro de la impresora y se había quedado atrapado.

Hoy os ofrecemos la reconstrucción de un apasionante caso médico en urgencias. Un hombre, un descuido y un gran equipo médico que lucha hasta la extenuación para salvar su vida.

La enfermera Terry Foster se encuentra en la sala de emergencias cuando un hombre llega sosteniendo un hornillo de camping en su entrepierna. Su pene se encuentra atascado en el hornillo.Varios miembros de la plantilla se desmayan y Terry hace todo lo posible por permanecer serena y ayudar al paciente.

Soltando chorradas más grandes que las suyas.