¿En qué momento dejamos de considerar a un joven futbolista un diamante por pulir y lo tratamos de realidad? Como en los demás aspectos de la vida, las promesas no siempre se cumplen pero hay algunas que tienen tan buena pinta que uno esperaría sentado el tiempo que fuera necesario. Si finalmente no se cumplen será una decepción, pero nadie nos podrá quitar los buenos ratos en los que en nuestra mente todo parecía tan real y cercano. Cuando veo jugar a Ansu Fati me acuerdo de cómo empezaba una de las canciones del grupo neoyorquino Gang Starr.