Muchos han sido los norteamericanos que a lo largo de los años se han quedado de piedra al ver a nazarenos ataviados con las túnicas que ellos asocian al Ku Klux Klan. El vocalista de Down no sólo no se ha asustado al cruzárselos, sino que se ha unido a una cofradía. Los penitentes de la Hermandad le recibieron encantados al pensar que se trataba de “una gran devoción cristiana” y no dudaron en hacerle miembro honorífico. Por desgracia no había nivel de inglés suficiente para entender a qué se refería Anselmo cuando gritaba ¡white power!