Un director de cine neoyorquino es el responsable de un, ahora infame, anuncio de Sprite que fue rodado sin la autorización de la compañía. El anuncio es un trabajo de Max Issacson y ni fue rodado en Alemania, como se defendía en algunos medios de comunicación, ni había sido prohibida su emisión por motivos más que obvios. Se trata de un anuncio falso que combina el sexo oral y el deseo de un refrescante Sprite para llegar a un gran final que tendrás que ver para creer.