Cada día hay más rocódromos autogestionados. Salas en las que tienen cabida desde gente sin ninguna experiencia hasta los más expertos escaladores, y que sirven de punto de encuentro entre aficionados a la escalada y, a la vez, como espacio para la organización de actividades relacionadas. En muchos casos, estos rocódromos constituyen una ayuda solidaria para aquella gente que por falta de dinero no tiene acceso a instalaciones indoor, en su mayoría privadas. No todos se encuentran dentro de un CSA o CSOA. Algunos son iniciativa de grupos...