Un día como hoy pero de 2008: Emos Vs Punks en México

El legendario Centro Ibérico, fundado por españoles antifranquistas y veteranos activistas armados, se convirtió en el epicentro de la escena anarcopunk. The Mob, Conflict, Poison Girls, The Subhumans o Throbbing Gristle, entre muchos otros, tocaron en su sótano. Una estupenda, y hasta la fecha desconocida, colección de fotos recoge todo aquel irrepetible momento.

¿Qué puede salir mal cuando 150 punks bastante borrachos, junto con dos policías fuera de servicio, se suben a un ferry a la una y media de la madrugada con destino a Seattle después de un concierto de GBH y The Accüsed?

En 1915 Ramón Gómez de la Serna, inauguró la Sagrada Cripta de Pombo en el mismo Café Pombo de Madrid, donde organizó tertulias literarias la noche de los sábados y banquetes «para fomentar la buena doctrina de la amistad». Nuestra Cripta fue lo más parecido que hubo a un Cabaret Voltaire, sobre todo por la hilaridad y ruptura de Gómez de la Serna, su indiscutible líder, pero quizás faltó mayor agresividad y cierta violencia, que estallaron en las veladas y algaradas de Zúrich.

En junio de 1980, Cockney Rejects visitaron el Cedar Club de Birmingham. Su actuación está considerada como la más sangrienta de la historia de Gran Bretaña. Los hooligans de los equipos locales del Aston Villa y Birmingham City querían comprobar la dureza de este grupo de muchachos que cantaban en TV himnos del West Ham United e, incluso, alguno de ellos pertenecía a los famosos e infames Inter City Firm.

No queremos amargar el verano a nadie. Sabemos que todavía estás en bermudas, shorts, camisetas de tirantes y otras prendas frescas para soportar las temperaturas veraniegas. Sin embargo, si quieres renovar el fondo de armario de cara a la llegada del otoño, has de saber que Fred Perry ha vuelto a fabricar dos artículos muy interesantes:…

En Rebels without a pause, Muir Vidler retrata a la pensionista más tatuada del mundo. Y no lo decimos nosotros, lo decía el Libro Guinness de los Récords sobre Isobel Varley, la anciana que hasta su muerte hace cuatro meses, a los 77 años, tenía más de 200 tatuajes. Todas las imágenes retratan a británicos que tienen dos cosas en común: han entrado en la tercera edad y nunca han dejado de molar.