Somos muchos los viajeros que apreciamos la dualidad. Caminar sobre siglos de historia y dormir entre sábanas con cientos de hilos. Probar un plato tradicional y que nos sorprendan con una fusión de sabores. Descubrir una leyenda local y flipar con el street art más alternativo. Perdernos en un pueblo de pescadores y encontrarnos con un servicio cinco estrellas al volver al hotel. Hallar hueco en la arena de una playa dorada y no soltar la hamaca junto a la piscina hasta que caiga el sol. Para todos nosotros, Sancti Petri -el antiguo y el nuevo