Siempre caracterizadas, ellas, por sus ansías de independencia y libertad frente a los valores conservadores que las oprimen y a la supremacía de su contraparte en la sociedad, actúan inescrupulosamente ganándose su espacio con inteligencia y magnetismo sexual. Es de suponer que esto a las mujeres de su época les habrá fascinado: el ver cómo aquellas damas en la pantalla dominaban al símbolo alfa de la civilización en sus días, al que tenían que llegar a aguantarse en la realidad de su hogar, debió ser una catársis para muchas.