Unos estafadores depilan gatos y los venden como si fueran los de la raza Esfinge, cuyo precio de venta es muy elevado (entre 600 y 700 euros). Los primeros días casi no hay diferencia entre ambos gatos, y se la colarían a cualquiera, pero la sorpresa viene después, cuando el pelo comienza a crecer. Estos gatos sufren maltrato cuando son crías; les arrancan el bigote y les depilan con crema depilatoria o cuchilla, lo que les provoca muchos trastornos.