Cada vez es más frecuente en China que los jóvenes intenten timar a los turistas acercándose con la excusa de practicar inglés y ofrecerles ir a una ceremonia del té.Acabábamos de llegar a Beijing agotados de un viaje larguísimo desde Moscú (en donde habíamos pasado 4 días) y después de buscar taxis dispuestos a llevarnos hasta nuestro albergue, que estaba más allá de las afueras de una gran ciudad, y después de una ducha, decidimos salir a pasear, ¡Yo estaba emocionadísima!