En 1897 A. Fajngold sufrió una muerte igual de horrible que la de sus antepasados. El pequeño Hitler lo encerró en un cobertizo y lo roció con gas hasta provocar su muerte. Las autoridades recomiendan encarecidamente no viajar al pasado para matar a Hitler porque lo único que se consigue es morir y alimentar el ego del futuro dictador. A los historiadores también les preocupa que, en algún momento, Hitler encuentre las máquinas del tiempo y viaje a nuestro presente, mezclándose entre en las juventudes de Vox, y acabe ascendiendo al poder.

Mea culpa. Quiero confesar una afición bochornosa: estoy enganchado a la conspiranoia católica. Sí, a esa gente que dice que los Iluminati puentearon al Espíritu Santo para colocar a Bergoglio, que se acerca el final de los tiempos, que la pandemia es una prueba para separar a las ovejas de las cabras y que la vacuna es la marca de la bestia que se presagia en el Apocalipsis. Se sorprenderían, pero tarados de estos los hay a espuertas, incluso podría enumerarlos según su chaladura —inventando así el oficio de sumiller de majaras.

No es raro ver que películas con varias décadas a sus espaldas se renuevan en forma de videojuego. Acordaos de la época de PS2 en la que tuvimos un título de The Warriors, ni más ni menos. Ahora bien, lo que nadie se esperaba era un juego de esta película que ahora nos ocupa. Holocausto Caníbal tendrá su propia adaptación videolúdica. Sí, como lees. Aunque más bien, se trata de una secuela. Su nombre es simplemente Cannibal y está siendo desarrollada por Fantastico Studio.

Muchos de aquellos presos que lograron la frágil hazaña de sobrevivir, eran artistas que retrataron con ilustraciones el infierno vivido en aquel lugar.

El título describe el contenido de manera bastante inequívoca.

Inge Ginsberg sobrevivió al Holocausto y se convirtió en espía de los estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora colabora con diferentes bandas de Heavy Metal.

El monumento al Holocausto de Berlín es una obra elegante que cumple perfectamente su función conmemorativa. Pero los 2711 bloques de hormigón obra del arquitecto americano Peter Eisenman son quizás también demasiado fotogénicos y a la peña le encanta hacerse alegres selfies en cualquier pose posible sin reparar en que estos bloques representan a los millones de judíos asesinados por el régimen nazi. Por eso, el artista de origen israelí y alemán Shahak Shapira, molesto por esta práctica, ha respondido con su proyecto sarcástico Yolocaust.

Bartali falleció el 5 de mayo de 2000 llevándose a la tumba su gran secreto. No sería hasta tres años después de su muerte cuando se descubrió la verdad. Unos documentos escondidos confirmaban que el mítico ciclista italiano, que el régimen fascista de Benito Mussolini utilizaba como una de sus imágenes, era todo lo contrario: durante la II Guerra Mundial, se jugó su vida para actuar como correo y conseguir los documentos necesarios para salvar la vida de más de 800 judíos.

Cuando se habla del holocausto la mirada hacia las víctimas está casi que puesta enteramente en los judíos, pero no fueron los únicos que se vieron sometidos a los horrores de la ideología nazi. Esta temática sigue brindando en el cine un universo de infinitas posibilidades que han permitido no olvidar esta parte de la historia y reflexionar sobre lo que ahí se ejecutó. Esta película, adaptación de una novela escrita por el periodista Robert Domes, nos cuenta la historia de cómo los mismos alemanes fueron víctimas de los campos de exterminio

Vendidos en los quioscos de estaciones de autobús como diarios secretos y memorias en primera persona escritas por prisioneros aliados en campos de concentración nazis el primer Stalag, número 13, fue creado por Eli Keidar (23 años) bajo el seudónimo Mike Baden.

¿Qué relación podría existir entre un avión inerte en una pista de aterrizaje, un virus que asola la ciudad de Nueva York, una caja con extrañas tallas y el Holocausto? Quizás una plaga de vampiros, o al menos eso es lo que nos cuenta The Strain, la última serie de Guillermo del Toro, David Semil y Keith Gordon. ¿Podrá un relato sobrenatural de este tipo enseñarnos algo de historia?

(3/2/2011) El diario ElPaís.com ha censurado a uno de los autores de sus blogs, Nacho Vigalondo, por sus chistes de humor negro sobre el Holocausto. Como protesta, todos los usuarios de twitter han empezado a twittear chistes viejos pero terminados de forma políticamente correcta. Aquí los mejores ejemplos:

En respuesta al Derecho a la libertad de expresión en Europa para con las caricaturas de Mahoma, Irán pone a prueba su versión sobre dicho derecho con un concurso sobre el Holocausto (judío)

Le mandaron hacer un proyecto de historia para el colegio, y se le ocurrió que podría recrear los hechos más importantes del Holocausto con piezas de LEGO.

Largometrajes, series de televisión y novelas por docenas nos han ofrecido la descripción de un planeta Tierra sumido en el caos tras la resurrección de los muertos. Nuestras retinas de consumidores de cultura trash retienen bien frescas las imágenes: calles vacías, despensas aún más vacías, y zombis deambulando por todas partes en busca de un cerebro que devorar.

Al establecerse, a través de jugarretas, la primera Lehendakaritza no-nacionalista, queda sembrada la semilla para la Tercera Guerra Carlista, y dos científicos adoradores de Zumalakarregi tratarán de resucitarlo. Durante el experimento, quedan contaminados unos quesos que iban a presentar en el concurso de Idiazabal, y como consecuencia, todos los ataundarras se convierten en zombies...

La señora del número 6 es una de las historias más inspiradoras jamás contadas. Con 109 años de edad, Alice Herz Sommer, es la pianista más antigua del mundo y la más antigua sobreviviente del holocausto. Ella habla de la importancia vital de la música, la risa y que tiene una visión optimista de la vida. explica su increíble historia de supervivencia y cómo se las arregló para utilizar su tiempo en un campo de concentración nazi para motivarse a sí misma y a otros con su música.