«Ahora todo eso ha desaparecido, sobre todo porque todos han muerto o se convirtieron en delincuentes, traficantes… y no tardaron en llegar los muertos», cuenta Iñaki Domínguez en su nuevo libro, ‘Macarras interseculares, una historia de Madrid a través de sus mitos callejeros’: «Había verdaderas peleas: había que ir con cuidado. En los bares te encontrabas con gente en plan chula. Ventas, La Elipa, Usera y Vallecas eran barrios donde no podías entrar tranquilamente a cualquier local, tenías que tener cuidado. Había navajas en todas partes».