Ellos, sus padres, se conocieron una tarde de domingo en la casa de Castillogrande de la italiana María Fava, donde Mauricia trabajaba como ama de llaves de la familia. Él, por su parte, llegó a la residencia de los Fava para el rodaje de la película extranjera ‘Un solitario y medio’, pero nadie adivinaba, pese a las dotes de seducción del artista, que se iniciaría entre ambos un romance que derivó en el escándalo de una demanda por paternidad a la luz de la opinión pública colombiana de finales de los 80.