Además de ser un grato manjar en la mesa, la morcilla es un plato de alto valor gastronómico que -consumido con moderación-, puede ser considerado como parte de una dieta balanceada por su elevado contenido de propiedades nutricionales, que ayudan a prevenir enfermedades como la anemia. Según la Agencia Española de Salud y Nutrición, la sangre de cerdo con la que se fabrica este alimento aporta 42 miligramos de hierro por cada 100 gramos, uno de los minerales fundamentales que deben consumir las personas con anemia.