/.../No importa que algunas infraestructuras estén más que amortizadas, ni que el grueso de lo que se paga sean impuestos y películas varias, parte del meollo está en el déficit tarifario y los complejos vaivenes del mercado del precio del kilo de firulí eléctrico. Además, eso de tirar de la luz con tanta alegría no puede ser.