Fijarse retos, marcar una meta, por más grande o pequeña que esta sea, siempre será algo motivante y que en muchos casos logrará sacar fuerzas que no teníamos idea que cargábamos en algún lugar de nuestro ser… voluntad, empuje, etc. Y para dejar una marca, qué tal un reto de casi 800 kilómetros, donde hay un tiempo que vencer, y la mayor parte hay que avanzar solo. Ese es el reto que se fijó Scott Jaime, un tipo de familia, con un trabajo algo estresante y amante de correr ultra distancias.