Poca cosa en comparación con lo que ofrecen los ovipositores, unos consoladores de apariencia alienígena, que no solo permite disfrutar la experiencia de abrir tu cuerpo a nuevas experiencias de formas y texturas más allá de la anatomía conocida en este mundo (incluyendo variedades fluorescentes, para que no tengas problema para encontrar el camino hasta las simas más profundas), sino que además deposita huevos de gelatina...