Una mujer totalmente desnuda se arrastra por el suelo, a cuatro patas, con los brazos atados a la espalda con cuerdas. Éstas las sujetan dos hombres con capuchas negras que esgrimen en la otra mano un látigo. La novedad, que me permite convertir este episodio en artículo, es que la tal escena se filma en las calles de Barcelona. Al aire libre, en la Plaza Cataluña, en las Ramblas, ante la ciudadanía que circula por ellas y el divertimento de barceloneses y turistas que se empujan para hacer fotografías de tan singular escena.