Si el tiro por la culata fuese categoría olímpica, nuestro Santi Abascal tendría más medallas de oro al cuello que Mr. T. Después de unas semanas en las que Ayuso ha monopolizado el puesto de azote del Gobierno (y de la salud de los madrileños, pero qué más dará eso), los de Abascal necesitaban un buen golpe de efecto que centrase de nuevo la atención en Vox.

El trailer definitivo de Torrente Abascal.

Cualquiera que haya visto este miércoles la intervención del líder ultraderechista Santiago Abascal en el Congreso de los Diputados se habrá sentido totalmente perdido. En un debate sobre la continuidad del estado de alarma, en medio de la mayor emergencia sanitaria mundial de nuestra época, habló de comunismo, de Chekas, de Paracuellos y hasta del Che Guevara. Lo suyo no es amor, se llama obsesión. Pero quizá la mejor parte de todas ha sido cuando se ha puesto a hablar del "odio histórico de la izquierda hacia los homosexuales" ante un atónit

El líder de Vox, Santiago Abascal, se ha referido a diferentes asuntos en el pleno de Congreso sobre la prórroga del estado de alarma que poco tenían que ver con el coronavirus, como por ejemplo acusar al comunismo y a la izquierda en general de marginar a personas por su orientación sexual, algo que no hace su grupo, en el que militan personas homosexuales como, por ejemplo, él mismo, según ha dicho. “Soy maricón. Maricón de España”, ha proclamado mirando a Pedro Sánchez.

(...) La repentina popularidad de las proyecciones de la Escola Unitaria no ha sentado bien a El Correo Gallego, que dedica un artículo con el título de “Vecinos hartos de los soeces mensajes de un ‘graciosillo’”. En él se recoge la supuesta queja de “varias familias” por el contenido de los «mensajes soeces», poco apropiados para los más pequeños de la casa”. Los aludidos respondieron anoche con una retahíla de mensajes dedicadas al periódico gallego.