Un mago, como todo artista que se precie, debe dominar las técnicas de la improvisación. Pero el trabajo del mago, del clown, del artista, no es, ni mucho menos, improvisado. Exige un gran esfuerzo previo de planificación y ensayo, además de una gran preparación artística e incluso física. Nuestro invitado de hoy dice de sí mismo que es un payaso disfrazado de persona; un payaso, añadimos nosotros, con el espíritu de niño intacto, con unas ganas inagotables de disfrutar, aprender y mejorar.