“No sabemos exactamente qué ha pasado, pero nosotros no hemos sido”. Ésta podría ser la frase que resume la actitud que el Ministerio de Sanidad ha tomado ante la crisis desatada por la llegada del ébola a Europa.La versión oficial sigue atribuyendo la infección a un “error humano”. Y no, no se refiere al error que perpetraron los padres de Ana Mato cuando fue engendrada, una oscura noche de tormenta, entre fiebres, sudores y visiones pesadillescas, bajo la mirada entrometida de sus extraños vecinos desnudos que esperaban la venida del anti-cri