Keanu Reeves es uno de los grandes rostros del cine de acción, pero los suyos son papeles muy distintos de los de los musculosos Silvester Stallone o Arnold Schwarzenegger. A mediados de los noventa, el thriller Máxima velocidad lo convirtió junto a Sandra Bullock en la nueva estrella de Hollywood y dos décadas después, Reeves, que mañana cumple 50 años, no ve motivos para cambiar de género.