Viñetas creadas por Manel Fontdevila en las que se habla del capitalismo.

Tras meses alardeando de sus “astutas inversiones”, Jaime Masiá Sánchez ha pasado de ser considerado un cryptobro -el término con el que se autodenominan los jóvenes expertos en criptomonedas- a ser considerado un mendigobro. “Hice caso de los memes equivocados y he acabado en la ruina”, ha explicado Masiá en las redes sociales. “Como cryptobro no creía mucho en el Estado, pero como mendigobro he empezado a ver las cosas de otra manera”, admite Masiá. También lamenta que aquellos que consideraba sus broos cuando él mismo era un cryptobro final

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) adquirió en la primera mitad de la pasada década el sistema Pegasus, el programa de la empresa israelí NSO que utilizó, según ha podido saberse, para espiar a 63 líderes del procés y también al humorista Joaquín Reyes. “Lo confundimos con Puigdemont, otra vez”, confirma una fuente cercana al servicio secreto español.

Un año más, el Mar Menor ha vuelto a convertirse en escenario de un desastre medioambiental, y de la famosa sopa verde hemos pasado a una sopa marrón y a encontrar miles de peces muertos cada día en sus playas. Mientras, en el escenario político, las administraciones vuelven a tirarse los trastos a la cabeza las unas a las otras. Este lunes, Pablo Casado, al que le encanta eso de jugar a las profesiones, visitó Murcia y se hizo unas fotos en la rambla del Albujón. Entre las fotos del momento hay una que ha llamado poderosamente la atención en…

Galería de 30 chistes, sátiras e ironías de diverso tipo, criticando la relación entre el cambio climático y el capitalismo.

Una polémica en redes ahogada por las acusaciones de fake news. Así ha sido la historia en la que, supuestamente, un hombre decía que por su acento madrileño no había podido reservar una mesa en Ferrol.

«Silencio, que estoy leyendo la prensa», ha pedido esta mañana José Troncales Mocho, de Guadalajara, a sus tres hijos, que hacían ruido y le impedían concentrarse mientras revisaba varios grupos de Whatsapp con memes fascistas. Este hábito de repasar bulos, vídeos reenviados miles de veces e imágenes diseñadas para reforzar sus sesgos ideológicos ha sustituido a la rutina anterior, consistente en desayunar con el periódico en papel desplegado sobre la mesa de la cocina.